Las enfermedades infecciosas zoonóticas «EMERGENTES» se han convertido en la actualidad en una de las amenazas más complicadas para la salud pública. Según la Organización Mundial de Salud Animal – OIE, aproximadamente el 75 % de las enfermedades que han surgido durante las últimas décadas tienen su origen en la fauna silvestres. Las mayores epidemias como son Hantavirus trasmitido por roedores, Nipa virus por murciélagos, Virus del Oeste del Nilo por aves, Rabia por murciélagos hematófagos, Fiebre amarilla por primates, Arenavirus por roedores y primates no humanos, Síndrome Agudo Respiratorio Severo (SARS) por murciélagos, Influenza Aviar por aves silvestres, Hendra virus por murciélagos y una larga lista adicional de enfermedades, demuestran la importancia de las enfermedades emergentes en todo el mundo y el relevante papel de los servicios veterinarios oficiales. Para vigilar estas enfermedades es preciso disponer de un equipo de trabajo multidisciplinar, con profesionales formados en medicina, epidemiología, virología, zoología y veterinaria, por la gran interrelación de factores.

Históricamente, la investigación de enfermedades de la fauna silvestre ha sido parte natural de la gestión de la fauna silvestre en algunos países, por ejemplo, en Europa y Norte América, mientras que otros países del mundo sólo realizan tales investigaciones para salvaguardar la viabilidad económica de los sistemas de producción de animales domésticos. Con la disminución de los hábitats silvestres y el aumento del número de especies amenazadas en todo el mundo, la capacidad de investigar las enfermedades de la fauna silvestre debe ser hoy en día un componente esencial en la gestión de la fauna silvestre. Las enfermedades individuales o conjuntos de enfermedades son ahora reconocidas como importantes procesos amenazantes que están llevando localmente a la fauna silvestre a una situación crítica de disminución e incluso a la extinción. La definición de las enfermedades que tienen un impacto en la fauna silvestre amenazada, se considera ahora parte integrante de los programas de rehabilitación de las poblaciones de vida silvestre remanentes y de los programas de cría en cautividad diseñados para recuperar y reinsertar animales sanos en el medio silvestre. Estos programas de cría en cautividad se llevan a cabo en el marco de una colecta zoológica convencional.

La información sobre la presencia de enfermedades infecciosas, parasitarias y tóxicas en la fauna silvestre es esencial para la comprensión local y mundial de las poblaciones de animales silvestres. Con demasiada frecuencia, sólo una pequeña parte de esta investigación se publica en revistas técnicas o científicas. La mayoría, si no todos, los registros anuales de los laboratorios de diagnóstico nunca se publican y, por lo tanto, permanecen ocultos para quienes se preocupan por la aparición de enfermedades emergentes en otra parte del mundo. Por lo tanto, el establecimiento de programas nacionales y regionales de seguimiento para la vigilancia de las enfermedades de la fauna silvestre es esencial para garantizar un nivel mínimo de notificación y circulación de esta información, y las infraestructuras para apoyar la investigación de los brotes de enfermedades de la fauna silvestre y los programas de salud de la fauna silvestre deberían ser comparables o iguales a los de las especies de animales domésticos.

De hecho, todas las disciplinas y tecnologías científicas disponibles en los laboratorios de diagnóstico veterinario apoyarían esos programas, y el desarrollo de redes locales también incluiría necesariamente aportaciones epidemiológicas y zoológicas para apoyar esos estudios de vigilancia y diagnóstico de las enfermedades. Un programa de seguimiento basado en investigaciones periódicas de las enfermedades y en el examen post mortem permitirá, al cabo de algunos años, obtener un conocimiento básico de los tipos de enfermedades que se dan en determinadas regiones geográficas o en determinadas especies y poblaciones animales. El archivo de los casos de laboratorios, adjuntos a las muestras de suero y tejidos almacenados, será inestimable para las investigaciones retrospectivas de enfermedades nuevas o surgidas recientemente. Si se producen nuevas enfermedades (eventos de mortalidad/morbilidad), es probable que la mayoría de las veces se descubran a través de programas pasivos basados en accesos a laboratorios y exámenes post mortem.

Es imprescindible, por tanto, que los servicios veterinarios oficiales evalúen o estimen el riesgo que implica «el no tener» un programa de vigilancia epidemiológica en animales silvestres, el riesgo de no contar con un programa en fauna silvestre incrementa sin lugar a dudas el riesgo de la emergencia y reemergencia de enfermedades de importancia para la salud pública.

WILLIAM VALDERRAMA PhD


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